Las estrellas verdes
Recordando los últimos títulos de mi equipo del alma
Mi primer recuerdo de Atlético Nacional es el triunfo en la Copa Libertadores de América en 1989. Yo tenía 8 años. Ningún equipo colombiano de fútbol había ganado este prestigioso torneo, pero Nacional lo hizo. Yo, no era consciente de la magnitud del suceso, ni era tan aficionado como lo soy hoy. Lo que recuerdo es que la noche en que Nacional se coronó frente al Olimpia del Paraguay, no pude dormir bien, pues la celebración en Medellín fue impresionante. Eran los primeros tiempos en Nacional del legendario René Higuita y del gran Francisco Maturana.
Luego vendrían más alegrías. En el 91, un espléndido equipo donde sobresalían "El Tino" Asprilla y Víctor Aristizabal, dirigido por el "bolillo" Gómez logró la quinta estrella para el equipo verde, que por esos días había cambiado de camiseta y usaba una verde del todo (en vez de la tradicional blanca a rayas verdes). Yo esta vez estaba de regreso en mi ciudad natal Pasto, dónde la mayoría de personas eran hinchas de América o del Cali. (Hoy en día, Pasto tiene equipo en primera división y las nuevas generaciones son seguidoras del equipo de su tierra. Recuerdo las constantes discusiones en el colegio con los otros niños sobre si Nacional era mejor o no... (Tenía 10 años) El América era el archirival del momento.
Pasó el tiempo y llegó el emocionante título del 94, en el cual yo ya era perfectamente consciente del fútbol. De la técnica y la táctica. Ya era un hincha de verdad (de esos un poco insoportables que se saben los nombres de todos los jugadores de todos los equipos del torneo). Fue una época de fútbol eficiente y bonito dirigido por Juan José Peláez, que contó de nuevo con Víctor Aristizabal, René Higuita, y esta vez con el debutante Juan Pablo Ángel. Este equipo tenía una sana rivalidad con un Millonarios (de Bogotá) espectacular, que se prolongó hasta la copa libertadores del año siguiente, en la cual Nacional llegó hasta la final, pero perdió con Gremio de Porto Alegre (dirigido por el ya muy buen técnico Escolari), Por eso días, me la pasaba enfrentado en debates con mis compañeros del Javeriano, muchos de ellos buenos futbolistas (no es mi caso) defendiendo la calidad de los jugadores que admiraba, frente a las implacables críticas de los hinchas de otros equipos. Tenía entre 13 y 14 años y vivía la pasión futbolística como nunca, escuchando programas de radio todos los días para enterarme del asunto y poder salir adelante de mi amigo Hermes, que en esos días apoyaba a "Millos". Nunca volví a ser tan aficionado como en esa época.
Pasaron cinco largos años para volver a saborear un triunfo del equipo verde, esta vez de nuevo con su camiseta tradicional con rayas verdes. El triunfo fue ante el América de Cali, en una final muy apretada. El héroe de turno, el técnico Luis Fernando Suárez (hoy técnico de la selección del vecino país del Ecuador). En el equipo sobresalían Freddy Grisales y Neider Morantes. Yo, para estos días, estaba ya en la Universidad, en la ciudad de Popayán, y recuerdo haber estado trabajando en el Laboratorio 2 de Electrónica con mi compañero Ricardo, mientras sufría con los penaltis que dieron el triunfo al verde... Recuerdo como este gigante caleño (gran amigo) disfrutó de mi alegría al ver campeón a mi equipo (cuanto aprendí de este amigo)
Ayer, cinco años y medio después, luego de haber perdido dos finales consecutivas en los últimos campeonatos, Nacional se coronó por octava vez como campeón del torneo Colombiano. Estoy viviendo en Bogotá, y vi el partido con hinchas de Santa Fe (equipo de aquí) mientras compartía un espectacular asado con ellos. Son familia paternas, varios de ello primos... Fue una bonita tarde, donde tres hinchas de Nacional rodeados de varios hinchas contrarios, gozamos de una manera espectacular. Hoy en la oficina hemos entrado en calida discusión con los hinchas de otros equipos, pues les ha dado duro el título verde... Muchos no quieren a Aristizabal, que 14 años después del quinto título, ha vuelto a ser figura.
Varias etapas de mi vida, varias ciudades, y muchas personas que quiero, hacen parte de estos momentos especiales que me ha brindado el fútbol (aún siendo yo un pésimo futbolista)
Mi primer recuerdo de Atlético Nacional es el triunfo en la Copa Libertadores de América en 1989. Yo tenía 8 años. Ningún equipo colombiano de fútbol había ganado este prestigioso torneo, pero Nacional lo hizo. Yo, no era consciente de la magnitud del suceso, ni era tan aficionado como lo soy hoy. Lo que recuerdo es que la noche en que Nacional se coronó frente al Olimpia del Paraguay, no pude dormir bien, pues la celebración en Medellín fue impresionante. Eran los primeros tiempos en Nacional del legendario René Higuita y del gran Francisco Maturana.
Luego vendrían más alegrías. En el 91, un espléndido equipo donde sobresalían "El Tino" Asprilla y Víctor Aristizabal, dirigido por el "bolillo" Gómez logró la quinta estrella para el equipo verde, que por esos días había cambiado de camiseta y usaba una verde del todo (en vez de la tradicional blanca a rayas verdes). Yo esta vez estaba de regreso en mi ciudad natal Pasto, dónde la mayoría de personas eran hinchas de América o del Cali. (Hoy en día, Pasto tiene equipo en primera división y las nuevas generaciones son seguidoras del equipo de su tierra. Recuerdo las constantes discusiones en el colegio con los otros niños sobre si Nacional era mejor o no... (Tenía 10 años) El América era el archirival del momento.
Pasó el tiempo y llegó el emocionante título del 94, en el cual yo ya era perfectamente consciente del fútbol. De la técnica y la táctica. Ya era un hincha de verdad (de esos un poco insoportables que se saben los nombres de todos los jugadores de todos los equipos del torneo). Fue una época de fútbol eficiente y bonito dirigido por Juan José Peláez, que contó de nuevo con Víctor Aristizabal, René Higuita, y esta vez con el debutante Juan Pablo Ángel. Este equipo tenía una sana rivalidad con un Millonarios (de Bogotá) espectacular, que se prolongó hasta la copa libertadores del año siguiente, en la cual Nacional llegó hasta la final, pero perdió con Gremio de Porto Alegre (dirigido por el ya muy buen técnico Escolari), Por eso días, me la pasaba enfrentado en debates con mis compañeros del Javeriano, muchos de ellos buenos futbolistas (no es mi caso) defendiendo la calidad de los jugadores que admiraba, frente a las implacables críticas de los hinchas de otros equipos. Tenía entre 13 y 14 años y vivía la pasión futbolística como nunca, escuchando programas de radio todos los días para enterarme del asunto y poder salir adelante de mi amigo Hermes, que en esos días apoyaba a "Millos". Nunca volví a ser tan aficionado como en esa época.
Pasaron cinco largos años para volver a saborear un triunfo del equipo verde, esta vez de nuevo con su camiseta tradicional con rayas verdes. El triunfo fue ante el América de Cali, en una final muy apretada. El héroe de turno, el técnico Luis Fernando Suárez (hoy técnico de la selección del vecino país del Ecuador). En el equipo sobresalían Freddy Grisales y Neider Morantes. Yo, para estos días, estaba ya en la Universidad, en la ciudad de Popayán, y recuerdo haber estado trabajando en el Laboratorio 2 de Electrónica con mi compañero Ricardo, mientras sufría con los penaltis que dieron el triunfo al verde... Recuerdo como este gigante caleño (gran amigo) disfrutó de mi alegría al ver campeón a mi equipo (cuanto aprendí de este amigo)
Ayer, cinco años y medio después, luego de haber perdido dos finales consecutivas en los últimos campeonatos, Nacional se coronó por octava vez como campeón del torneo Colombiano. Estoy viviendo en Bogotá, y vi el partido con hinchas de Santa Fe (equipo de aquí) mientras compartía un espectacular asado con ellos. Son familia paternas, varios de ello primos... Fue una bonita tarde, donde tres hinchas de Nacional rodeados de varios hinchas contrarios, gozamos de una manera espectacular. Hoy en la oficina hemos entrado en calida discusión con los hinchas de otros equipos, pues les ha dado duro el título verde... Muchos no quieren a Aristizabal, que 14 años después del quinto título, ha vuelto a ser figura.
Varias etapas de mi vida, varias ciudades, y muchas personas que quiero, hacen parte de estos momentos especiales que me ha brindado el fútbol (aún siendo yo un pésimo futbolista)
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