lunes, febrero 06, 2006

El italiano

En una ciudad donde todo pasa rápido, su restaurante es una excelente pausa

Debe tener más de 60 años. Es amable, jovial y vital. Siempre tiene una sonrisa y un chiste que contar. Nunca lo he visto triste.

Tiene un pequeño restaurante en el sector de Galerías, aquí en Bogotá. Es un sitio más bien pequeño pero acogedor, donde se puede comer un buen Spaghetti Carbonara y un delicioso Ossobuco con Ravioles...

Hay personas que no lo soportan. Es muy amable. Más de lo que muchos quisieran. En medio de este ritmo frenético, muchas personas se han acostumbrado a la frialdad y a la indiferencia. A ser un cliente más en la fila sin tener que mantener una charla con un desconocido.

Si lo que uno busca es un plato de comida consumible, pues en este sector hay varios restaurantes con un nivel de calidad aceptable. Donde te dan tu ración bien preparada, pero no te saludan ni se despiden de ti. Dónde toda palabra sobra y el único idioma es la moneda...

Pero si lo que uno busca es un ambiente calido y familiar, donde te hagan sonreír un poco, donde en la comida se sienta el cariño, donde uno no sea otro más del montón, pues "Delicias Italianas" y su gentil dueño calabrés son una muy buena alternativa.

Algún día charlamos más tiempo del habitual. De sus aventuras. De como llegó a Colombia. De como este bello país ha cambiado por la violencia. De todos los caminos que recorrió en la costa Caribe colombiana. De cómo se enamoró...

La verdad este tipo de espacios son los que a mi me gustan. Quiero al italiano como a una especie de abuelito divertido, que siempre está dejando "su rastro invitando a vivir" (recordando a Silvio Rodríguez).

(Si a esto se le suma la buena música de fondo, pues no me queda duda de que este restaurante me gusta)

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Opino como tú, creo que este tipo de restaurante es muy agradable ya que no todo se reduce a la comida y al dinero.
Un abrazo

5:54 a. m.  

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