martes, diciembre 27, 2005

Camino al colegio

Diez minutos de piedras, montañas, y aire fresco.

Me gustan las piedras, las vías sin pavimentar, y claro, los paisajes pastusos de 6 y 30 de la mañana. Por eso, siempre amé la ruta que me llevaba de mi casa, al Colegio. Aquel Gimnasio los Andes, donde pasé mis primeros años de conciencia...

La acera sólo llegaba hasta donde terminaba el campus de la Universidad de Nariño, luego empezaba lo más encantador.

El camino peatonal, era un sendero rodeado de hierba, bastante desnivelado, que encajaba muy bien con la carretera destapada (sin pavimentar) por donde iban los carros.

Se veían pequeños montes a ambos lados del camino. También lotes grandes con ganado. Había una fábrica de gaseosas, un par de tostadoras de café, y una antigua cantera de piedra. El paisaje se veía grisáceo a causa de la gran cantidad de polvo que se levantaba al paso de los autos.

En la carretera, una bahía improvisada, servía de refugio temporal a camioneros enormes que dejaban estacionados a la vera del camino sus camiones (y hasta algunas tracto mulas) mientras devoraban cantidades asombrosas de papas con Ají de Maní.

A lo lejos, se veían las montañas, siempre tan inalcanzables y azules, así como se ve el verde a la distancia.

En cambio, de cerca, se podía ver el pequeño cultivo de rosas que estaba al lado del Colegio...

Lo que más me gustaba de ir al Colegio, era el camino...

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como siempre las descripciones que haces de tu entorno son fantásticas, parece como si hubiese pasado yo también por ese camino.
Un abrazo

12:30 p. m.  
Blogger Gema said...

Feliz año nuevo Raúl,
que este año nuevo que hoy comenzamos se porte fenomenal contigo.
Besos

9:52 a. m.  

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