miércoles, julio 19, 2006

Numerología 1

Las matemáticas y mi primito Leonardo

Hay cosas que nunca podré comprender: Una de ellas es ¿Por qué el sistema educativo es tan impersonal? Me explico.

Tengo un primito de 14 años que ama los animales, ama la biología y quiere ser veterinario.

(Además de eso, cuenta con algunas particularidades, como que es adicto a los videojuegos, especialmente a Final Fantasy)

El año pasado, en desarrollo de su Octavo año escolar, empezó a estudiar álgebra. No se le facilita ni le gusta. Es la verdad. Pero tenía que pasar el año. Así que invertí con él (amo las matemáticas y la pedagogía) fines de semana enteros para que mejorara y lograra un nivel aceptable. Y lo estábamos logrando.

Pero apareció el sistema educativo: En su examen hizo los ejercicios bastante bien, pero cometió pequeños errores al final. Así que de nuevo sacó malas notas. Sabía más, pero esto no se veía reflejado en los resultados. A la profesora, que muy seguramente no miró el proceso de los ejercicios, le dio lo mismo que mi joven alumno (odia que le diga alumno porque dice que significa "sin luz" en latín, tal vez es cierto) hubiera progresado y estuviera dedicándole tiempo a la materia en vez de dedicarse a los perros o al playstation.

Conclusión: La profesora no se dio cuenta de todo lo que pasó, del esfuerzo, del sacrificio... y se limitó a calificarle igual que cuando no tenía idea de lo que estaba haciendo. Así, mi alumno pensó que había perdido su tiempo y se desmotivó totalmente.

Cuando el año escolar se acabó, la profesora les dejó un taller, que lógicamente le ayudé a hacer (¿le hice?) a mi primito. Con base en ese taller, que él prácticamente no entendió, ella decidió que valía la pena pasarlo al año siguiente.

Mi primo detesta cada vez las matemáticas. Nadie ha entendido que a él deberían potenciarlo en su facilidad para la biología y generar espacios para que niños como él se inspiren en lo que realmente les apasiona. Por mi parte, le regalé un libro de zoología que me parece le ha gustado mucho. Es mi forma de decir: No quiero robarte tus fines de semana enseñándote algo que odias. Sólo quería ayudarte. Ahora, sólo quiero que seas feliz...

Este año será la misma historia. Va muy atrasado en matemáticas (ya terminó Final Fantasy dos veces). Y yo no puedo sacarme de la mente que cuando él estaba aprendiendo una profesora tonta, ni siquiera se dio cuenta. No lo reconoció para darle ánimos. Para luego regalarle la materia a cambio de nada, haciéndole un daño infinito...

Pero yo se que él será un gran biólogo o veterinario. Y pronto olvidará la forma como un sistema educativo, quiso volver serrucho a un martillo.

¿Es tan difícil reconocer la pasión en un ser humano? ¿Cuantos otros niños tendrán que pasar por esto?