lunes, diciembre 12, 2005

El conspirador

Crónica de la sala de una multinacional

Estamos llegando a la sala de uno de nuestros clientes. Lo que más disfruto de este sitio es el efecto de espacio exterior que me produce. Tiene varias lámparas esféricas a distintas alturas. Suelo recostarme en uno de los sofás negros y reflexionar mientras mis clientes me atienden. Es el destino de un vendedor.

De repente, escucho la vos de "El conspirador". Parece que este rato será más divertido de lo que parecía. En vez de buscar poesía en el techo, creo que me voy a dedicar unos minutos al delicado y trascendental arte de conspirar...

Ahora está abajo, en la sala. Es delgado con el cabello un poco largo, es un buen amigo, y es la persona adecuada para comprender la situación de nuestro país, para seguir pensando, para no dejar oxidar la mente con todas las cosas que nos tratan de imponer a diario por los medios de comunicación.

Normalmente conspiramos a través de Internet. Hoy es un día especial: tenemos unos minutos para conspirar en persona.

Mi jefe se interesa en el ingeniero y hace algunas preguntas interesantes al respecto. Yo, me intereso en el conspirador. No lo puedo evitar. Queremos entender que es el liberalismo. Queremos entender como hacer del país un mejor sitio. Todavía sobreviven en nosotros las inquietudes de la época universitaria.

Celebro la existencia de "El conspirador". De seguro el mundo de la ingeniería conoce mucho de él. Pero seguro que a mi me ha tocado la mejor parte.

1 Comments:

Blogger Eduardo Waghorn said...

Saludos para tí, felicidades. Recuerda que el mejor regalo eres tu!

8:16 p. m.  

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